Un hombre que duerme


Leer a Perec es una verdadera experiencia y un constante descubrimiento de la palabra. El escritor francés es conocido por trascender con los códigos del lenguaje, tanto así que en su libro La disparition omite por completa la letra e que es la más usada en el francés. En este caso con Un hombre que duerme rompe las barreras de la narrativa escribiendo un libro sobre nada, ambición perseguida antes por Flaubert. En este relato Perec  utiliza la voz narrativa de la segunda persona para dar cuenta de la vida de un hombre que pierde, página tras página, cualquier gusto por la vida.

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Sin razón aparente el personaje principal, un joven de 25 años se levanta una mañana  para seguir durmiendo entre los días. Deja de asistir a la universidad, de ver a sus pocos amigos, de ir a trabajar...deja el mundo material para adentrarse por decisión propia en el laberinto de su soledad. Sin embargo esta historia sobre la nada no tiene nada de aburrido como se podría suponer. El hombre que duerme lleva al lector a redescubrir la vida cotidiana, lo invita a deambular por una nueva Paris que solo puede conocerse caminando en soledad y le recuerda que el valor de la vida está lejos de encontrarse en el mundo material. Otro elemento que es importante destacar es el uso de la segunda persona como ya lo había mencionado. El narrador al referirse al personaje con el “tú” crea una especie de doble enunciación, un dialogo entre el personaje, el narrador y el lector. Esto se hace mas evidente en la adaptación cinematográfica del libro dirigida también por Perec y Bernard Queysanne donde la voz off hace eco directamente al espectador. 

Nuestra sociedad postmoderna podría juzgar al hombre que duerme como un ser despreciable por su falta de acción y de ambición pero el personaje de Perec es un héroe como el Bartleby de Melville, ambos son capaces de desafiar las reglas de una sociedad regida bajo el capitalismo y el hambre del poder. Nuestro héroe por otro lado encuentra más sentido en la vida observando por horas a un viejo que espera la muerte o la magnificencia de los árboles que inscribiéndose bajo las reglas de una sociedad que nos invita siempre a consumir más y más

"Esto es tu vida. Esto te pertenece. Puedes hacer el inventario exacto de tu escasa fortuna, el balance preciso de tu primer cuarto de siglo. Tienes veinticinco años y veintinueve dientes, tres camisas y ocho calcetines, algunos libros que ya no lees, algunos discos que ya no escuchas. No tienes ganas de acordarte de otra cosa, ni de tu familia, ni de tus estudios, ni de tus amores, ni de tus amigos, ni de tus vacaciones, ni de tus proyectos. Has viajado y no has traído nada de tus viajes. Estás sentado y no quieres más que esperar, sólo esperar hasta que no haya nada que esperar: que llegue la noche, que suenen las horas, que los días pasen, que los recuerdos se borren"

Link del Hombre que duerme:

https://www.youtube.com/watch?v=UaIXUXdYthA&t=3s








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